La identidad de este ático, situado muy cerca de Barcelona, ​​viene marcada por unas privilegiadas vistas al mar. Con una exhaustiva redistribución de la vivienda, dibujamos un espacio continuo en el acceso a toda la zona diurna, con un gran recibidor abierto en el comedor sala de estar. Mediante una puerta de cristal corredera en la cocina, conseguimos aportar mayor luminosidad y acentuamos la conexión entre los espacios, a la vez que la aislamos del resto. A continuación, el pasillo nos adentra en la zona nocturna con los dormitorios y baños.

Los recorridos de esta vivienda, abierta e interconectada, nos ofrecen espacios diferenciados para cada una de las posibilidades cotidianas que la familia necesita. Un gran comedor sala de estar iluminado y conectado visualmente con el mar, una cocina con mobiliario blanco brillante que acentúa la luminosidad, contrastado por la barra central de madera de roble. Pasado el pasillo, nos encontramos con la zona nocturna, cuyo dormitorio principal es una gran suite en la que un gran cristal divide la zona de aguas de la del dormitorio y, seguidamente, tres habitaciones para invitados.